“Todo pasa”, rezaba el anillo del padre de esa criatura exitosa que se llama Arsenal Fútbol Club.
Justo lo contrario de lo que pretende Atlético: que este momento que lo tiene como líder en solitario e invicto no pase más, se prolongue hasta consumada la última fecha de la Liga.
El “Decano” desembarca este sábado al mediodía en la casa del extinto presidente de la AFA Julio Humberto Grondona en búsqueda de seguir soñando despierto.
Con el regreso de Lagos, Atlético tiene todo listo para visitar a ArsenalDe hecho, cualquiera sea el resultado, el equipo tucumano continuará en la cima, pero está claro que una victoria le dará nuevo combustible a esta “Pusineta” con doble tracción que cambió la ruta que la conducía barranca abajo por otra que la depositó raudamente en la cúspide.
En contraposición, Arsenal transita la medianía: apenas ganó dos partidos en el certamen. Pero también cayó solo dos veces. Su entrenador, Leonardo Madelón, sabe cómo sacar agua de las piedras.
A no confundirse: a Atlético lo espera un rival modesto, aunque habitualmente dispuesto a vender caras sus derrotas. Será por eso que casi siempre empata. La necesidad de puntos de este Arsenal (está a cuatro de la zona roja del descenso) aumenta el riesgo de la visita.
Además, el Viaducto tiene lo suyo, una cierta mística que se construyó a fuerza de títulos, algunos de los logros que pretende emular el “Decano”, empezando claro por el torneo local (el “Arse” ganó el Clausura 2012).
Después siguieron la Supercopa 2012 y la Copa Argentina 2013. Pero lo mejor, lo obtuvo antes: Sudamericana 2007 (y varios escalones más abajo, la Suruga Bank 2008).
Esos cetros están grabados a fuego en el cemento de un estadio cuya capacidad, para 16 mil espectadores, está a tono con el tamaño del club.
Eso sí, Arsenal nació pretencioso desde su denominación, como homónimo sureño de los “Gunners” londinenses que este viernes abrieron la Premier League con victoria 2-0 sobre Crystal Palace.
En cierto sentido, es la antítesis del “Decano”, apenas pasaron 65 años de vida desde que Don Julio y su hermano Héctor, junto a otros amigos, reunidos en un bar fundaron su propio club.
Su camiseta, celeste y roja, es simbiosis de los colores de sus dos “hermanos mayores” del partido de Avellaneda, Racing Club e Independiente.
Allí, en un rincón del Sur del Gran Buenos Aires, Atlético expondrá su liderazgo, a partir de las 13.